Aunque el término compliance suele estar asociado a la prevención de delitos o a la gestión de riesgos penales, lo cierto es que es un concepto cada vez más amplio y que se puede emplear en diferentes ámbitos de la empresa. Uno de ellos es el llamado compliance laboral o labour compliance. ¿En qué consiste? ¿Cómo se pone en marcha este tipo de compliance en las organizaciones?
En este artículo hablamos de:
¿Qué es el compliance laboral?
El compliance se puede definir como el conjunto de normas, pautas y políticas internas encaminadas a garantizar el cumplimiento normativo dentro de una organización, a fin de evitar los riesgos o consecuencias penales derivadas de las infracciones cometidas.
Si hablamos de compliance lo hacemos de un término genérico, que también se puede traducir como compliance penal. Sin embargo, existen otros tipos de compliance en función del área de la empresa a la que se dirijan, o en función del sector de actividad de las empresas que lo aplican. Así, podemos hablar de compliance tributario, behavioral compliance o, el que ahora nos ocupa, el labour compliance o compliance laboral.
La definición de compliance laboral podría ser la siguiente: es el conjunto de políticas, protocolos, pautas y normas internas encaminadas a la prevención y gestión de los riesgos derivados del incumplimiento de la normativa laboral en la empresa.
El compliance laboral en España suele estar asociado a la prevención de riesgos laborales, pero va mucho más allá. No solo se trata de cumplir la normativa laboral en materia de seguridad, sino en cualquier otro ámbito: políticas de contratación, promoción interna, conciliación laboral y familiar, etcétera.
Se define como compliance laboral al conjunto de acciones llevadas a cabo por una empresa u organización con el objetivo de cumplir las normativas legales y evitar sanciones. Estas normas pueden referirse a obligaciones externas de carácter legal, o a códigos de ética de la propia empresa.
Funciones del compliance laboral
El compliance laboral se aplica con distintas finalidades. En concreto, se puede hablar de un triple vertiente. Por un lado, tenemos la función legal, esto es, para garantizar que la empresa cumple con la normativa laboral que le es aplicable.
Por otro lado, el laboral compliance también se aplica con una función preventiva, esto es, para reducir el riesgo de que la empresa pueda competer irregularidades que puedan acarrear multas o sanciones.
Por último, está la función encaminada a la responsabilidad social. En este caso se refiere a que la empresa diseñe buenas prácticas laborales, más allá de lo que disponga la normativa.
Áreas de los programas de compliance laboral
El compliance laboral se ha de aplicar en numerosos ámbitos de la empresa. Entre ellos se pueden citar:
- En la estructura básica de la empresa y la asociación con partners, o socios comerciales.
- Procesos de selección.
- Contratación.
- Definición de categorías profesionales.
- Jornada laboral.
- Obligaciones con la Seguridad Social
- Políticas de movilidad.
- Conciliación de la vida laboral y familiar.
- Extinción de contratos.
- Seguridad y prevención de riesgos laborales.
- Igualdad en el trabajo, prevención de la discriminación o el acoso por razón de sexo.
- Representación de los trabajadores.
- Derechos de propiedad intelectual e industrial.
- Políticas de protección de datos.
Cómo implantar el labour compliance en la empresa
Lo más recomendable a la hora de implantar el compliance laboral en empresas es apostar por un modelo GRC (Gobierno, Riesgos y Cumplimiento). Gracias a este modelo se pueden integrar todas las funciones del gobierno corporativo, gestionar los riesgos y definir las responsabilidades de cumplimiento. En este punto será necesario definir el tipo de organización, la normativa aplicable, y las medidas necesarias para garantizar el cumplimiento de la ley.
Otra de las medidas imprescindibles es la evaluación del cumplimiento. Es decir, se debe analizar de forma periódica si las medidas implementadas son efectivas a la hora de cumplir la ley. Este control de seguimiento es básico para medir la eficacia de las medidas propuestas y, en caso de ser necesario, trazar nuevas líneas de acción.
En todos estos procesos será de gran importancia la figura del compliance officer, que será el profesional encargado de velar por el cumplimiento de las medidas propuestas y, en definitiva, de garantizar el cumplimiento normativo.
Por otro lado, también resulta básica la trazabilidad de las operaciones y la colaboración de toda la empresa en la aplicación del compliance laboral.
Ventajas del compliance laboral o labour compliance
El compliance en el ámbito laboral ofrece una serie de beneficios que resulta muy útiles para cualquier organización:
- Verifica el grado de cumplimiento de la empresa respecto a las normativas laborales o convenios colectivos vigentes.
- Define los procedimientos básicos que deben ser aplicados para garantizar el cumplimiento normativo dentro del seno de la organización.
- Contribuye a garantizar el conocimiento de la ley en materia retributiva, jornada laboral, tipos de contratos, permisos, licencias, horas extraordinarias, descansos, vacaciones, extinciones de contratos, etc.
- Aumenta la seguridad, garantizando que la empresa cumpla la normativa de prevención de riesgos laborales.
- Asegura el respeto a los derechos de los trabajadores.
- Permite evitar sanciones y multas a causa de infracciones.
- Fomenta la creación de protocolos, políticas o pautas de actuación encaminadas a evitar infracciones en el futuro.
- Favorece la creación de un clima interno o de un entorno caracterizado por el respeto a las normas en todas las áreas y en todos los trabajadores.
- Mejora la imagen de la empresa, no solo de cara a los trabajadores o a los clientes, sino también de cara a proveedores, socios, inversores o a las propias autoridades.
En resumen, el compliance laboral no es más que el cumplimiento normativo aplicado a todo lo que tenga que ver con las leyes laborales, las obligaciones de los empresarios o los derechos de los trabajadores.
Su objetivo es garantizar que la empresa cumple con lo dispuesto en el Estatuto de los Trabajadores, así como con las leyes concretas o convenios colectivos que le sean de aplicación a cada empresa en particular.