¿Cuántas veces os ha preguntado un amigo o conocido si le podéis dar el número de teléfono de otro amigo o conocido? ¿Alguna vez os habéis parado a pensar si podíais dar ese teléfono sin el consentimiento de la persona afectada? ¿De si es delito dar el teléfono de otra persona sin su consentimiento? En este artículo vamos a responder a esas preguntas.
En este artículo hablamos de:
El número de teléfono es un dato de carácter personal
Para responder a la pregunta de si es delito dar el teléfono de otra persona sin su consentimiento, primero debemos aclarar si el número de teléfono se considera un dato de carácter personal.
Partiendo de la definición que hace el RGPD de lo que son datos personales: «toda información sobre una persona física identificada o identificable; se considerará persona física identificable toda persona cuya identidad pueda determinarse, directa o indirectamente, en particular mediante un identificador, como por ejemplo […] un número de identificación […]», podemos concluir que el número de teléfono es un dato personal, puesto que puede emplearse para identificar indirectamente a una persona. Más aun cuando el número se acompaña de algún dato más, como suele ser el nombre.
Por lo tanto, el número de teléfono, siempre que sea personal (es decir, no un número de empresa o profesional) está dentro del paraguas de protección del RGPD y la LOPDGDD, sin embargo, ¿quiere eso decir que dar sin el consentimiento de una persona su número de teléfono a otra, sea delito? La respuesta es que no siempre.
¿Cuándo es delito dar el teléfono de otra persona?
Empecemos por decir cuándo no es delito dar el teléfono de otra persona. Si a ti, como particular, un conocido te pide el teléfono de otro para poder contactar con él y si lo das, no es un delito. Es un acto entre particulares y, por tanto, queda fuera de la aplicación de la normativa de protección de datos. Aunque siempre deberías preguntarte si a tu amigo o conocido le parece bien que des su número de teléfono a personas que él o ella no conocen.
Lo siguiente es aclarar que, en realidad, dar un número de teléfono a otra persona sin su consentimiento no es un delito, como sí es delito usar fotos de otra persona sin su consentimiento, sino una infracción administrativa.
Esta infracción se comete cuando quien da el teléfono es una empresa, una administración, otro tipo de organización o un profesional sin el consentimiento del interesado (del titular del número de teléfono) o cualquier otra base jurídica legitimadora a un tercero que sea otra empresa, administración, organización o profesional. Es decir, cuando se produce una cesión de datos a un tercero sin consentimiento del interesado o que no pueda ampararse en otras bases legitimadoras recogidas en el artículo 6 del RGPD.
Es habitual que cedamos nuestro número de teléfono en diferentes circunstancias, como son, por ejemplo, al celebrar un contrato, al suscribirnos a un servicio en internet, al hacernos un perfil en una red social, al abrir una cuenta de correo, etc. En ocasiones, el teléfono lo facilitamos para reforzar la seguridad de nuestras cuentas, puesto que puede emplearse para la autenticación en dos pasos o para recuperar cuentas. Es importante que antes de ceder nuestro número de teléfono leamos la política de privacidad y sepamos así para qué finalidades podría usar el responsable del tratamiento nuestro teléfono, como es cederlo a terceros. De esa forma evitaremos dar nuestro consentimiento para que nuestro número de teléfono pueda ser cedido a otras compañías, si no queremos que ocurra.
¿Y qué ocurre si un particular le da el teléfono de otra persona sin su consentimiento a una empresa? En este supuesto podría aplicarse la normativa de protección de datos, aunque podría ser complicado demostrar que la cesión se ha producido. En cualquier caso, la empresa debería demostrar que ha conseguido el número de teléfono por medios legítimos e informar al titular del mismo del tratamiento de sus datos.
Volviendo al intercambio de teléfonos entre particulares, cabe señalar que aunque no sea una infracción, para lo que luego se emplee ese número de teléfono si podría ser considerado delito. Por ejemplo, si deriva en alguna clase de acoso telefónico.
¿Y si me incluyen en un grupo de WhatsApp sin mi consentimiento?
Cuando agregamos a una persona a un grupo de WhatsApp, su número de teléfono es visible para el resto de miembros del grupo y, por lo tanto, podemos considerar que se está compartiendo ese número de teléfono sin consentimiento de la persona.
En estos casos, solo si quien añade al grupo de WhatsApp es una entidad, como una empresa o una administración, y no se cuenta con el consentimiento del interesado para esta finalidad, estaríamos hablando de una infracción de la Ley de Protección de Datos. Infracción considerada grave por la que ya se han impuesto diferentes sanciones.
Algunas consecuencias de compartir el teléfono de otras personas
Aparte de la multa que pueda imponer la AEPD a organizaciones o profesionales por ceder el número de teléfono de una persona a un tercero sin su consentimiento, dar el teléfono de una persona a otras puede tener diferentes consecuencias.
Entre esas consecuencias, aparte del ya citado acoso telefónico, podríamos tener casos, entre otros, de robo de datos personales, intentos de usurpación de identidad, intentos de estafas, acoso y/o ciberacoso, ataques de smishing, incluso llegar a espiar el móvil de manera remota (aunque para esto es necesario dar algunos pasos más allá de conocer el número de teléfono). Todos ellos problemas que afectan en mayor o menor medida a nuestro derecho a la privacidad.
Por lo tanto, si ya sabes qué datos personales no se deben compartir con terceros o a través de internet, cuando esos datos son los tuyos, aplica la misma lógica y precaución con los datos personales de tus familiares, amigos o conocidos, incluido el número de teléfono, especialmente si quien te lo pide es un desconocido para el titular del teléfono.
¿Puedo denunciar que hayan dado mi teléfono sin mi consentimiento?
Si se trata de una organización o un profesional, sí, podrás denunciar el que haya dado tu teléfono a un tercero sin tu consentimiento a la AEPD. Esta denuncia puedes hacerla a través de la sede electrónica de la Agencia, pero asegúrate de que realmente no diste tu consentimiento para esa cesión (comprueba las condiciones de la política de privacidad que aceptaste o las cláusulas de protección de datos que hayas podido firmar).
Esta denuncia, de prosperar, puede acabar en un apercibimiento o en una sanción administrativa para la organización o profesional, pero en ningún caso en una indemnización para ti. Si la cesión de tu número de teléfono te ha ocasionado algún perjuicio o daño moral y quieres solicitar una indemnización, deberás recurrir a la vía Civil y presentar una demanda en el juzgado de instrucción que corresponda (el RGPD reconoce este derecho en su artículo 82).