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Igualdad

Índice de Desigualdad de Género

La desigualdad de género es una realidad mundial, no hay un solo país del que podamos decir que existe una igualdad de género absoluta, sin embargo, sí es cierto que hay países donde la equidad de género es mucho mayor que en otros. Pero ¿cómo se mide el índice de desigualdad de género en el mundo? Lo cierto es que existen diferentes índices internacionales que se ocupan de ello; en este artículo nos centramos en el Índice de Desigualdad de Género del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) y cómo mide la brecha de género.

¿Qué es el Índice de Desigualdad de Género?

El Índice de Desigualdad de Género (IDG) es un índice que mide la desigualdad de género, en concreto, es una medida compuesta para cuantificar la pérdida de logros (dentro del desarrollo) de un país debido a la desigualdad de género.

Este índice mide la desigualdad de género en 162 países en tres aspectos clave para el desarrollo humano: salud reproductiva, empoderamiento y participación en el mercado laboral de las mujeres.

Es importante tener en cuenta que el IDG se hace desde una perspectiva relacionada con el desarrollo humano y la pérdida de oportunidades que supone la desigualdad de género para ello. Aun así, sigue ofreciendo datos de desigualdad de género en todo el mundo, que es relevante conocer, valorar y de los que sacar conclusiones.

Breve historia del IDG

El Índice de Desigualdad Género se introdujo por primera vez en el Informe de Desarrollo Humano de 2010 del PNUD y lo hizo en sustitución de dos índices sobre de igualdad de género que se venían usando por esta institución desde 1995, el Índice de Desarrollo del Género (GDI por sus siglas en inglés) y el Índice de Potenciación de Género (GEMA en inglés).

El problema es que tanto el GDI como GEMA, según los expertos, se quedaban cortos para medir adecuadamente la desigualdad de género, especialmente porque los indicadores empleados estaban muy relacionados con el Índice de Desarrollo Humano. Así, para afrontar estas críticas, el PNUD decidió introducir un nuevo índice, el IDG, una medida compuesta, que no incluye, como sí hacían los otros dos, los niveles de ingresos ni permite compensar un alto desempeño en una de sus tres dimensiones con uno bajo en otra.

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¿Qué mide el Índice de Desigualdad de Género?

Como ya dijimos más arriba, el IDG mide tres dimensiones consideradas por el PNUD como claves para el desarrollo humano: salud reproductiva, empoderamiento y participación en el mercado de trabajo.

Según el PNUD, las tres dimensiones son complementarias, de manera que la desigualdad en una de ellas afecta consecuentemente a las otras dos (por ejemplo, una desigualdad en la educación, provoca una mejor posibilidad de acceder a determinadas profesiones del mercado de trabajo, provocando la denominada segregación vertical).

Salud reproductiva

El Índice de Desigualdad de Género es uno de los primeros en incluir la salud reproductiva como una medida de desigualdad de género. Esta dimensión tiene dos indicadores:

  • La proporción de mortalidad materna o PMM (dato aportado por UNICEF)
  • Índice de fertilidad adolescente o IFA (dato aportado por el Departamento de la ONU de Asuntos Económicos y Sociales)

Cuando el PMM es bajo, significa que las mujeres embarazadas tienen cubiertas sus necesidades de salud de manera adecuada y cuenta, por lo tanto, como una medida de acceso de las mujeres al cuidado de la salud.

En cuanto al IFA, si este es alto, implica riesgos para la salud de madres y niños, además de poder indicar una carencia en el acceso a la educación de las niñas.

Empoderamiento

La dimensión del empoderamiento se mide en dos indicadores también:

  • Número de asientos parlamentarios obtenidos por cada sexo (datos obtenidos de la Unión Parlamentaria Internacional, solo a nivel de gobiernos nacionales)
  • Niveles de acceso a educación superior (datos obtenidos de la UNESCO)

Cuando el índice de acceso a la educación superior es alto, también aumenta el índice de presencia de mujeres en la vida pública, puesto que a mayor nivel educativo, mayor acceso a la información y al cuestionamiento de la misma y mayor implicación de las mujeres en la esfera pública.

Mayor acceso a la educación también suele reflejarse en una menor tasa de IFA y, consecuentemente, una menor mortalidad infantil y de mujeres durante el embarazo.

Participación en el mercado laboral

Finalmente, la dimensión del mercado de trabajo mide el acceso y participación de las mujeres en la fuerza laboral de un país. Aquí el índice deja fuera, como ya dijimos, el nivel de ingresos, así como los indicadores de trabajo remunerado y no remunerado, centrándose en la búsqueda activa de empleo de las mujeres y su participación real en el mercado laboral.

Así, entre otros aspectos, tiene en cuenta discriminación laboral de la mujer, pero no entraría en temas como la segregación horizontal u otros ejemplos de desigualdad laboral, como la brecha salarial o la cantidad de trabajo no remunerado que realizan las mujeres. Ni tampoco considera políticas públicas o la promoción de medidas, como el plan de igualdad en la empresa, para fomentar la igualdad de género.

¿Cómo se calcula e interpreta el IDG?

El IDG se calcula de forma similar al Índice de Desarrollo Humano ajustado por desigualdad o IHDI (que también se introdujo en el Informe de Desarrollo Humano 2010).

El valor del índice de desigualdad de género varía entre 0 y 1, donde 0 es 0% de desigualdad, lo que indica que las mujeres y los hombres gozan de los mismos niveles de igualdad en las tres dimensiones del IDG y 1 es 100% de desigualdad, lo que indica que las mujeres se encuentran en una situación de desigualdad respecto a los hombres.

calcular índice de desigualdad de género

Cómo calcular el índice de desigualdad de género

Mide las desigualdades al abordar las deficiencias de otras medidas a través de la estrategia agregada utilizando el análisis de correspondencia múltiple para evitar problemas de agregación.

Hay cinco pasos para calcular el Índice de Desigualdad de Género:

  1. Tratamiento de ceros y valores extremos: la tasa de mortalidad materna se trunca sistemáticamente en un mínimo de 10 y un máximo de 1000. El máximo y el mínimo se basan en el supuesto normativo de que todos los países con índices de mortalidad materna superiores a 1000 no difieren en su capacidad de apoyar la salud materna, así como en el supuesto de que todos los países menores de 10 difieren en sus capacidades. Los países con representación parlamentaria que informan a 0 se cuentan como 0.1 debido a la suposición de que las mujeres tienen algún nivel de influencia política y que la media geométrica no puede tener un valor 0.
  2. Agregando a través de las dimensiones dentro de cada grupo de género, usando medios geométricos: esto hace que el índice sea sensible a la asociación. La tasa de mortalidad materna y la tasa de fecundidad adolescente solo son relevantes para las mujeres, los hombres solo se agregan con las otras dos dimensiones.
  3. Agregación a través de grupos de género, utilizando una media armónica: para calcular el índice de género igualmente distribuido, los índices femeninos y masculinos se agregan por la media armónica de las medias geométricas para capturar la desigualdad entre mujeres y hombres y ajustar la asociación entre dimensiones.
  4. Calcular la media geométrica de las medias aritméticas para cada indicador: Obtiene el estándar de referencia agregando índices femeninos y masculinos con igual peso, y luego agregando índices a través de las dimensiones.
  5. Cálculo del índice de desigualdad de género: Para calcularlo, se compara el índice de género igualmente distribuido del Paso 3 con el estándar de referencia del Paso 4.

En el último informe del IDG, la desigualdad de género en España (correspondiente al año 2019) es de 0,78, lo que la sitúa en el puesto 25 del ranking.

Críticas al Índice de Desigualdad de Género

Aunque el Índice de Desigualdad de Género se introdujo para compensar las carencias de los dos índices anteriores, no ha dejado de recibir críticas de varios expertos, que consideran que podría reflejar de modo distorsionado la desigualdad de género, ya que puede dejar fuera ciertos aspectos que son claves para medir la igualdad e incluir otros que son completamente accesorios.

Otra crítica que suele recibir es que los elementos son complejos y difíciles de interpretar, lo que tiene como consecuencia una difícil interpretación de los datos que arroja sobre desigualdad.

Además, que no contemple el trabajo no remunerado, que es esencialmente femenino, también es una carencia criticada de este índice, que deja fuera uno de los aspectos más claros de la desigualdad de género a nivel global.

Finalmente, para algunos expertos, el IDG puede no ser igualmente significativo en todos los países que se observan; por ejemplo, el uso de la proporción de mortalidad materna y el índice de fertilidad adolescente en países menos desarrollado puede ser penalizador, aun cuando la pérdida no se deba enteramente a la desigualdad de género (ya que puede depender también de las políticas de salud pública, de prácticas sociales o de los niveles socioeconómicos).

Índice de desigualdad de género en España

En el último informe del IDG, la desigualdad de género en España (correspondiente al año 2019) es de 0,78, lo que la sitúa en el puesto 25 del ranking mundial y como la 8ª dentro del marco de la Unión Europea

Índice de desigualdad de género en el mundo

Si atendemos al Índice de desigualdad de género por países, vemos que los mejores situados en la tabla son Noruega, Suiza, Alemania, Irlanda, Hong Kong, Islandia, Australia, Suecia, Singapur y Países Bajos.

Por su parte, los más deficientes en cuanto a igualdad de género son Níger, la República Centroafricana, Chad, Sudán del Sur, Burundi, Mali, Eritrea, Burkina-Faso, Sierra Leona y Mozambique.

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