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Las competencias culturales en el entorno empresarial

En el mundo globalizado actual, la competencia cultural se antoja como un requisito cada vez más indispensable en el entorno laboral. Pero, ¿en qué consiste? ¿Qué se quiere decir cuando se afirma que una persona tiene competencias culturales? Lo vemos en este artículo.

¿Qué son las competencias culturales?

La competencia cultural en el ámbito laboral se puede definir como la capacidad de una persona para trabajar con otras procedentes de distintos ámbitos culturales.

Existen diversas razones por las cuáles contar con competencias culturales es cada vez más importante. En el actual mundo globalizado y en el que las nuevas tecnologías ganan peso a pasos agigantados, es habitual ver grupos de trabajo formados por personas de diferentes etnias o culturas y procedentes de diversos modelos educativos.

La adaptación a este nuevo escenario resulta fundamental para poder establecer relaciones laborales fructíferas, marcadas por el respeto, la cooperación y el entendimiento mutuo.

A veces, se cae en el error de pensar que, por el mero hecho de hablar otros idiomas o haber trabajado en otro país, una persona ya cuenta con competencias ideológicas o culturales. Sin embargo, esto no tiene por qué ser así. Muchas veces las personas que trabajan en el extranjero se limitan a interactuar con personas de su mismo origen cultural o que hablan su mismo idioma, creando una especie de núcleo cerrado que no fomenta las competencias culturales.

Para poder hablar de competencia cultural, se tienen que dar una serie de características:

  • Experiencia multicultural: la persona debe haber vivido experiencias marcadas por la relación con personas de otras culturas o estilos de vida.
  • Empatía etnocultural: se define como la empatía hacia personas de otras culturas, independientemente de si se trata de un grupo étnico mayoritario o minoritario.
  • Flexibilidad: entendida como la capacidad de adaptación en función de cada situación, adquirida a través de la experiencia.
  • Desarrollo de un modelo mental. este modelo está basado en la forma en que la persona utiliza su experiencia, conocimientos o habilidades adquiridas para trasladarlas a una aplicación en el mundo real.
  • Autocontrol: se trata de la capacidad de uno mismo para autoevaluar y revisar sus propios comportamientos en relación a otras etnias o culturas.

En definitiva, se trata de una de las competencias clave que aplica al ámbito laboral los conocimientos, habilidades o experiencias adquiridas en cualquier ámbito a lo largo de la vida.

La competencia cultural en los procesos de selección y recursos humanos

La competencia cultural en los departamentos de recursos humanos es cada día más importante debido a que las empresas están formadas por equipos de trabajo con personas de procedencias diversas, con diferentes orígenes culturales o étnicos y acostumbradas a distintos estilos de vida.

Esto ya no es exclusivo de las grandes multinacionales o empresas transnacionales, sino que se puede dar en empresas de todos los tamaños y sectores.

Por tanto, a la hora de realizar procesos de selección, los equipos de recursos humanos ya no han de fijarse solo en la cualificación profesional, sino que están en la obligación de crear equipos formados por individuos con competencias y habilidades para las relaciones interculturales.

La labor de estos departamentos es crear plantillas que fomenten la diversidad o la inclusión, pero a la vez, establecer patrones que permitan crear un equipo que comprenda la ética de la empresa y que avance en pos de un objetivo común, haciendo que las diferencias sean complementarias y no excluyentes.

¿Cómo adquirir competencias culturales?

Existen diversas maneras de las cuáles se puede aumentar la competencia cultural en el ámbito laboral y en la vida en general. La mayoría de ellas requieren un cierto esfuerzo por parte del individuo, sobre todo de aquellos que siempre han interactuado en un núcleo cerrado.

  • Salir de nuestra zona de confort: nuestra cultura está formada en base a sentimientos, pensamientos o comportamientos que hemos ido adquiriendo a lo largo del tiempo. La falta de contacto con otros tipo de grupos étnicos suele traducirse en que creemos que nuestra visión del mundo es la única válida.
  • Conocer el perfil cultural de los empleados: para ello es necesario analizar su perfil nacional, regional, laboral y el resto de influencias culturales que han marcado su vida.
  • Desarrollar herramientas para conocer la orientación cultural: existen herramientas diseñadas para saber cuál es la orientación cultural e los trabajadores, independientemente de su nacionalidad. Uno de ellos es el MOC o Modelo de Orientaciones Culturales de Phillipe Rosinski.
    • Este modelo tiene en cuenta variables como el sentido del poder o la responsabilidad de los empleados, la gestión del tiempo, definición de identidades y propósitos, etc. Asimismo, se evalúan la organización interna de la empresa, sus nociones de territorio, los patrones de comunicación empleados, o la manera de pensar y razonar de los empleados.

Relación con otras competencias corporativas

Se definen como competencias corporativas a todos aquellos conocimientos, actitudes y aptitudes que una empresa espera y requiere de sus empleados. Estas habilidades se basan en criterios empresariales, y los empleados deben ser capaces de desarrollarlas para contribuir al éxito y la identidad de la empresa.

Es decir, las competencias corporativas no solo tienen que ver con las capacidades productivas de los empleados, sino también con su capacidad para reflejar los valores éticos y morales o las pautas de conducta de la organización.

En este sentido, la competencia cultural es uno de los valores que más importancia está adquiriendo dentro de las competencias corporativas, como signo de la capacidad de adaptación, trabajo en equipo, transversalidad y multiculturalidad.

¿Por qué es tan importante para el compliance en la empresa?

El compliance se define como las buenas prácticas corporativas que pone en marcha la empresa para identificar y prevenir lo riesgos operativos o legales a los que se puede enfrentar.

En ocasiones se cree que el compliance o el due diligence se limita a establecer unas pautas de actuación encaminadas a evitar sanciones por conductas ilícitas. Pero esto solo es una parte del compliance corporativo.

Como hemos dicho, las buenas prácticas empresariales también deben estar encaminadas a crear una mejor operativa de la empresa, basada en una gestión más efectiva de la misma.

El cumplimiento normativo debe ser para todos igual, y todos los empleados deben conocer las pautas, comportamientos y líneas de actuación que son esperables en determinada situación o contexto. Por ello, la competencia cultural es básica desde los altos directivos hasta el último trabajador, sobre todo en empresas transnacionales o con alto grado de diversidad.

Otros términos relacionados

Al amparo de la competencia sociocultural han aparecido otra serie de términos relacionados que complementan su definición. Algunos de ellos son la competencia intercultural, la cultura humanizada o la conciencia cultural.

Competencia intercultural

La competencia intercultural se define como la capacidad de una persona que está aprendiendo un idioma extranjero para actuar de forma adecuada en un contexto de comunicación intercultural. Se puede dar a diferentes niveles:

  • Monocultural: la persona observa a la cultura extranjera desde la perspectiva de su propia cultura.
  • Intercultrual: se adopta una posición intermedia que permite establecer comparaciones entre ambas culturas.
  • Transcultural: la persona es capaz de situarse en una posición que le permite mediar en igualdad entre ambas culturas.

Cultura humanizada

El concepto de cultura humanizada hace referencia a la habilidad o interés en conocer los valores o creencias de otras culturas, con el fin de establecer una comunicación intercultural más respetuosa con el prójimo.

Conciencia cultural

La conciencia cultural es aquella que hace preguntarse al individuo cuestiones como: ¿Por que actuamos de una determinada manera? ¿En qué se basan nuestras reacciones? ¿Por qué tenemos esta forma de ver el mundo?

En definitiva, supone la capacidad de dar un paso al lado y observar nuestras creencias, valores o percepciones desde un punto de vista externo, para conocernos mejor a nosotros mismos.

Ejemplos de competencia cultural

Hay numerosos ejemplos de la creciente importancia de la competencia cultural en diferentes sectores.

Por ejemplo, podemos hablar de la competencia cultural en salud, como un pilar fundamental de la atención sanitaria. Los profesionales del sector han de adquirir habilidades que les permitan conocer mejor las creencias o modos de vida de los pacientes, con el objetivo de brindarles un servicio más efectivo.

Lo mismo ocurre con la competencia cultural en educación. Los docentes deben adquirir conocimientos y poner en práctica comportamientos que fomenten la igualdad y la comprensión de otras culturas entre los más pequeños. En este sentido, la labor de estos profesionales es imprescindible para trasladar a los alumnos las nociones de multiculturalidad y respeto a personas de otras etnias o ámbitos culturales.