La reducción de empleados debido a ahorros financieros, fusiones y adquisiciones, reestructuración, cambio de prácticas laborales y puestos de outsourcing ocurre con frecuencia a medida que las organizaciones buscan seguir siendo competitivas. En consecuencia, la precariedad laboral es un factor estresante importante relacionado con el trabajo, que afecta a un número creciente de trabajadores. La exposición a la inseguridad laboral se ha relacionado con una serie de resultados negativos para la salud, en particular la salud mental. En este artículo veremos qué es la precariedad laboral, sus causas y consecuencias, las formas de precariedad laboral y las medidas para acabar con ella.
En este artículo hablamos de:
- ¿Qué es la precariedad laboral?
- Causas de la precarización laboral
- Consecuencias de los trabajos precarios
- Formas de precariedad laboral
- Grupos sociales más afectados por la precariedad laboral
- ¿Por qué la precariedad laboral es un problema social grave?
- Medidas para luchar contra las relaciones laborales precarias
- Ejemplos de precariedad laboral
- Estadísticas sobre precariedad laboral en España
¿Qué es la precariedad laboral?
La definición de precariedad laboral es la que la considera como aquella situación en la que se encuentran los trabajadores que tienen contratos inestables o sufren vulneraciones de sus derechos laborales.
Las personas en trabajos precarios carecen de seguridad laboral y generalmente tienen salarios más bajos, protección social limitada y pocos beneficios, si es que los hay.
Los trabajadores precarios tienen más dificultades para ejercer sus derechos, sobre todo para formar parte de un sindicato y negociar colectivamente mejores salarios y condiciones de trabajo. Los accidentes laborales son mayores para los trabajadores precarios, a menudo debido a la falta de capacitación en el trabajo.
Las personas con trabajos precarios prácticamente no tienen opciones para establecer sus horas de trabajo y su salario, incluso si son contratistas independientes. Muchos trabajan en contratos continuos, haciendo el mismo trabajo mes tras mes o año tras año. Para todos los efectos, son empleados permanentes pero no tienen derecho a pago de vacaciones, baja por enfermedad pagada o pagos por despido.
Los trabajadores indirectos pueden verse atrapados en relaciones laborales triangulares, cuando son empleados oficialmente por un subcontratista o agencia, pero en realidad trabajan para otra empresa, sin que ninguno de los dos asuma la responsabilidad de los derechos de los trabajadores.
Causas de la precarización laboral
Hay muchos factores que contribuyen al aumento de la precariedad laboral. La crisis financiera y sus consecuencias han sido un factor clave que afecta el riesgo de precariedad.
A medida que los empleadores y los empleados se encuentran operando en un contexto más competitivo e incierto después de la crisis, se han producido nuevas contrataciones sobre la base de contratos temporales y marginales a tiempo parcial. Los solicitantes de empleo han aceptado estos contratos, ya que la alternativa sería continuar con el desempleo.
Este aumento en la contratación atípica ha significado que la inseguridad laboral ha aumentado significativamente en algunos países. La crisis también ha significado que haya niveles más bajos de fondos disponibles para los servicios de cumplimiento en los Estados miembros de la UE, con el resultado de que los abusos de las relaciones laborales, como el incumplimiento de la legislación laboral o los convenios colectivos, pueden pasar desapercibidos.
El marco institucional también es un motor importante en este sentido.
- La ausencia o presencia de un salario mínimo nacional legal puede ser significativo para ayudar a reducir el riesgo de pobreza en el trabajo.
- La interacción de los sistemas tributarios y de seguridad social con bajos salarios tiene un impacto en la participación en el mercado laboral y en la reducción del riesgo de pobreza en el trabajo.
- La existencia de sistemas de negociación colectiva ayuda a equilibrar la protección y la flexibilidad de los trabajadores.
La regulación del mercado laboral también es un factor clave y el alcance de las políticas activas del mercado laboral es importante.
Es probable que los mercados laborales que brindan protección a los trabajadores en las áreas de condiciones de trabajo, protección contra la discriminación laboral y el despido, y el acceso a los derechos sociales y colectivos tengan un riesgo general más bajo de precariedad que los que no lo hacen. Sin embargo, se puede considerar que favorecen un mercado laboral cada vez más dualizado, donde se desarrollan altos niveles de protección laboral para los internos a lo largo de niveles altos y crecientes de contratos a plazo fijo para nuevos reclutas.
Consecuencias de los trabajos precarios
Los trabajos precarios ocasionan consecuencias importantes tanto para los trabajadores como para la empresa y para la sociedad.
Trabajadores
La evidencia sugiere que, en comparación con las formas estándar de contratos de trabajo, el empleo precario está asociado con el deterioro de la salud y seguridad de los trabajadores, así como con un mayor riesgo de una serie de problemas psicosociales.
Los trabajadores en empleos precarios tienen el doble de probabilidades que aquellos en empleos más fijos de sufrir acoso sexual.
Otra consecuencia de las formas de trabajo no estándar es el impacto en la Seguridad Social y la cobertura de las pensiones. Si los trabajadores trabajan un pequeño número de horas por semana o tienen un empleo precario que no es continuo, esto tendrá un impacto negativo en su cobertura y derechos de seguridad social.
Finalmente, la naturaleza transitoria de los acuerdos contractuales no estándar tiene un impacto negativo en la capacidad financiera general de los trabajadores, más allá del ámbito laboral.
Los riesgos asociados con el trabajo temporal incluyen: mayor incidencia de causas de muerte relacionadas con el alcohol en ambos sexos, y un aumento de las causas de muerte relacionadas con el tabaquismo en los hombres. También se ha encontrado que los riesgos de mortalidad son sustancialmente más fuertes si el trabajo temporal se continúa de forma involuntaria o en combinación con sentimientos de insatisfacción.
Sin embargo, los efectos de las diferentes formas de empleo precario varían en algunos aspectos y no siempre son negativos. Los trabajadores independientes, por ejemplo, disfrutan de un mayor control sobre el tiempo de trabajo y tienen un mayor nivel de autonomía. Sin embargo, al mismo tiempo tienen muy poco apoyo social. Los empleados a tiempo parcial también muestran menos ausentismo relacionado con la salud e informan menos estrés, especialmente cuando eligen voluntariamente trabajar a tiempo parcial.
Empresa
Un gran número de estudios han encontrado una relación negativa entre la precariedad laboral, motivación y desempeño laboral. La evidencia también indica que la inseguridad laboral a largo plazo puede conducir a una mayor ausencia por enfermedad a largo plazo; y esa creatividad y capacidad de resolución de problemas disminuye con la inseguridad laboral.
Esta evidencia preliminar sugiere que la inseguridad laboral, como un aspecto del trabajo precario, es perjudicial para el desempeño de una organización.
Sociedad
A nivel social, no se debe subestimar el impacto del empleo precario en la cohesión social y las tasas de natalidad. Por ejemplo, los contratos no estándar conducen a carreras discontinuas y bajos ingresos, lo que, en regímenes contributivos, conduce a un acceso limitado a los beneficios de desempleo y pensiones y / o bajos derechos.
Por lo tanto, la precariedad laboral se vincula directamente con la precariedad social, que se hará particularmente evidente cuando la generación actual de jóvenes alcance la edad de jubilación.
Una tenencia laboral corta y bajos ingresos tienen un impacto en los subsidios de desempleo, las pensiones y los derechos de los trabajadores. Además, el trabajo precario puede poner en peligro la capacidad de las personas para pagar el alquiler, la capacidad de obtener crédito bancario y las oportunidades de construir una familia.
Por lo tanto, se han hecho llamamientos para que la política social incluya un sistema de protección social generoso, igualitario y consensuado; lo que puede evitar la posible instalación permanente de empleo precario, incluidos los esquemas especiales de protección social para abordar las necesidades de grupos específicos de trabajadores potencialmente afectados por la precariedad debido a la naturaleza de sus trabajos.
Formas de precariedad laboral
Existen cuatro importantes aspectos que definen la precariedad laboral:
- Empleo inestable
- Bajos ingresos
- Vulnerabilidad
- Acceso reducido a prestaciones y beneficios sociales.
La precariedad laboral puede existir de diferentes formas que vamos a analizar a continuación.
Subcontratación en cadena
Esto se produce cuando una empresa asume la realización de una determinada obra o servicio por un precio determinado. Esa empresa subcontrata la realización de toda o parte de esa obra con otra empresa por un precio más bajo. Y esa empresa subcontratada puede a su vez sub-subcontratar la realización de la obra por un precio menor. Esto se realiza varias veces hasta llegar a una pequeña empresa que acaba realizando ese trabajo por una mínima cantidad de dinero.
En esas subcontrataciones se va perdiendo calidad, tanto en los materiales como en el trabajo y la seguridad.
Esta forma de trabajo precario está muy extendida en el sector de la construcción, un sector con altos índices de siniestralidad.
Falsos autónomos
Esta forma de trabajo precario se extendió también en el sector de la construcción. En el caso anterior de subcontratación, el trabajo puede acabar realizándose por un trabajador autónomo. De esa forma, a esos trabajadores autónomos no se les aplicará el derecho del trabajo ya que no están sometidos al contratista principal y pueden negociar de manera libre.
Sin embargo, esto no se cumple en la práctica ya que existen los falsos autónomos que son trabajadores que dependen de una empresa para realizar el trabajo y no pueden negociar libremente. Estos deben aceptar las condiciones que se les indiquen por lo que su situación es incluso peor que la de los trabajadores por cuenta ajena.
Economía sumergida
Este es el supuesto de mayor precariedad ya que estos contratos tienen una protección jurídica menor que la de los falsos autónomos.
Las condiciones de trabajo en la economía sumergida, a domicilio o en fábricas clandestinas, no están sometidas a ningún control. Ni el salario, ni la jornada, ni las condiciones de exposición a riesgo, ni los ritmos, ni la duración de la relación tienen más reglas que las que la ley de la oferta y la demanda fijen. En situaciones de elevado desempleo e insuficiente protección social, la capacidad de negociación de una de las partes se reduce tanto que los empresarios pueden determinar de forma prácticamente unilateral los términos del intercambio.
La vigilancia de la salud, la formación, la igualdad de género, así como la prevención de riesgos respecto al uso de materiales, sustancias y máquinas, son derechos que estos trabajadores no pueden ni tan siquiera reclamar, y cuanto menos exigir, dada su condición laboral.
Inmigrantes y sin papeles
Los inmigrantes sufren más la precariedad laboral que los españoles por su desconocimiento del idioma, su desarraigo social y cultural, el racismo y la xenofobia. Esto conlleva que tengan dificultades para acceder a servicios sociosanitarios esenciales y a una vivienda digna.
El trabajo de los inmigrantes tiene las siguientes características:
- Retribución entre un 10% y un 20% por debajo de lo establecido en los convenios sectoriales.
- Excesos en el horario de trabajo, no remunerados ni compensados.
- Falta de permisos en fiestas propias de sus religiones o nacionalidades.
- Impago de prestaciones correspondientes al empresario.
- Elevadísima temporalidad. No hay fijos ni fijos discontinuos.
- Contratación por ETT, empresas de servicios, etc.
- Exposición a riesgos laborales graves, al desarrollar habitualmente trabajos de especial peligrosidad rechazados por los trabajadores nacionales.
- Ausencia de documentación de la relación laboral, lo cual dificulta cualquier reclamación.
- Falta de información y casi nula formación.
- Cotización irregular a la Seguridad Social (menos días que los trabajados).
- Movilidad geográfica entre distintas explotaciones agrícolas.
- Importante grado de dependencia de los trabajadores, respecto de sus empleadores, debido a los requisitos legales para renovar los permisos.
Algunos grupos de trabajadores son más vulnerables porque son más propensos que la población general a ser empleados en trabajos precarios o contratos no estándar. Los trabajadores jóvenes, mujeres y migrantes están sobrerrepresentados entre los trabajadores temporales; lo que significa que están más expuestos a los riesgos psicosociales asociados con el trabajo temporal.
Mujeres
La evidencia sugiere que la precariedad laboral en las mujeres es mayor que en los hombres. En 2005, el 15% de las mujeres y el 14% de los hombres tenían un trabajo temporal en todos los países de la UE.
Sin embargo, existen diferencias cuando los datos se agregan a nivel nacional. Según un informe sobre precariedad laboral, en 2005, el trabajo temporal era más frecuente entre las mujeres en: Chipre (19% mujeres frente a 9% hombres), Finlandia (20% mujeres frente a 13% hombres) e Italia (15% mujeres frente a 10% hombres).
Sin embargo, entre los hombres el trabajo temporal fue más frecuente en: Letonia (11% hombres vs. 6% mujeres) y Lituania (8% hombres vs. 4% mujeres). Los datos indican un aumento en el trabajo temporal en 2010, donde el 22% de las mujeres y el 18% en los condados de la UE trabajan con contratos temporales. Los datos también indican que más mujeres que hombres tienen trabajos a tiempo parcial (31.9% para mujeres en comparación con 8.7% para hombres).
Inmigrantes
En muchos países, los contratos temporales son más frecuentes entre los trabajadores inmigrantes que entre los empleados nacionales. Una revisión realizada por la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo sobre los trabajadores inmigrantes indica que estos trabajadores a menudo tienen trabajos a tiempo parcial con alta incertidumbre laboral, bajos salarios y malas condiciones de trabajo.
Jóvenes
La precariedad laboral en los jóvenes (que, en la misma medida, está relacionado con los períodos de capacitación y libertad condicional) también está muy extendida. Las estadísticas muestran que, en 2005, más del 30% de los trabajadores menores de 30 años estaban empleados con contratos temporales, en comparación con el 12% de la población activa total en la UE, mientras que en 2010, el número de trabajadores menores de 30 años empleados con contratos temporales aumentó a casi el 40% en comparación con el 21% de la población activa total en la UE.
La expansión de las formas temporales de empleo se ha asociado con el temor de que pueda promover la creación de mercados laborales duales, donde los empleadores proporcionarían cada vez más un estatus permanente solo a los empleados ‘centrales’; mientras se mantiene a los trabajadores percibidos como fácilmente reemplazables en contratos precarios.
Los acuerdos de empleo precarios y atípicos y los horarios de trabajo no estándar están asociados con una situación de desventaja en el mercado laboral, lo que hace que los trabajadores en dicho empleo sean vulnerables a condiciones de trabajo peligrosas. Se ha encontrado que el creciente número de trabajadores empleados temporalmente está asociado con una fragmentación de las responsabilidades legales y, por lo general, está subrepresentado en los comités de salud y seguridad.
Las posibles consecuencias para la salud y la seguridad de los trabajadores no se limitan solo a contratos precarios; pero incluso los contratos permanentes pueden representar una amenaza para el bienestar de los trabajadores debido a otras características “atípicas”, que pueden tener.
Las formas de empleo no estándar a menudo están relacionadas con la inseguridad laboral. La inseguridad laboral y el aumento del estrés en el trabajo debido a la precariedad laboral pueden afectar negativamente la salud y la seguridad de los trabajadores. Además, los trabajadores en este tipo de contratos son más vulnerables que los trabajadores permanentes, ya que generalmente realizan los trabajos más peligrosos, trabajan en condiciones más pobres y están sujetos a menos capacitación en seguridad y salud ocupacional que puede aumentar el riesgo de accidentes laborales.
Además, los trabajadores temporales también tienen menos acceso a los profesionales de salud, eluden el monitoreo de la salud durante períodos de tiempo más largos y pueden ser pasados por alto por los representantes de los trabajadores en asuntos de política de seguridad y salud ocupacional.
Medidas para luchar contra las relaciones laborales precarias
Se pueden tomar una serie de iniciativas a nivel organizacional para evitar la precariedad laboral. Los trabajadores pueden lidiar con la inseguridad laboral de una mejor manera si se les informa sobre la reestructuración planificada lo antes posible.
Se recomienda que se utilicen comunicaciones realistas y honestas durante los procesos de reestructuración, así como el uso de estrategias restaurativas. La buena relación interpersonal en el trabajo y la provisión de apoyo social también son útiles para tratar la inseguridad laboral, ya que se ha encontrado que el apoyo amortigua los efectos negativos de la inseguridad laboral en la salud.
El empleo precario está estrechamente relacionado con varios factores psicosociales, como el contenido del trabajo, la carga de trabajo y el ritmo de trabajo, el horario de trabajo (turnos), el control del trabajo, la cultura y la función de la organización, las relaciones interpersonales y el apoyo en el trabajo, por lo tanto, las intervenciones destinadas a prevenir y gestionar los riesgos psicosociales y promover un buen ambiente de trabajo psicosocial a nivel organizacional también evitarán y gestionarán el trabajo precario.
Las iniciativas políticas (como los reglamentos de la UE y su transposición a normas nacionales en cada Estado miembro de la UE, los convenios de la OIT) permiten el reconocimiento y el desarrollo de los derechos laborales de los trabajadores en formas de contrato no estándar, acercándolos a los de los trabajadores estándar.
Además, los trabajadores en empleos no estándar que sienten que se están violando sus derechos laborales, generalmente tienen acceso a los mismos mecanismos de reparación que los trabajadores en formas estándar de empleo a través de tribunales de empleo, tribunales laborales y otros mecanismos de apoyo. Sin embargo, en muchos casos los trabajadores no conocen tales mecanismos de apoyo.
Las estrategias generales de la UE también son relevantes para las iniciativas políticas destinadas a abordar el empleo precario. Esto se debe a que tales estrategias guían las acciones en la Comunidad, así como a nivel nacional. El Consejo lanzó la Estrategia de Lisboa; que destacó la necesidad de que Europa se convierta en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de un crecimiento económico sostenible con más y mejores empleos y una mayor cohesión social.
En el contexto de generar más y mejores empleos para Europa, la Estrategia pidió al Consejo y a la Comisión que aborden:
- Mejora de la empleabilidad y reducción de las brechas de habilidades, en particular proporcionando servicios de empleo con una base de datos a nivel europeo sobre empleos y oportunidades de aprendizaje;
- Promoción de programas especiales para permitir a las personas desempleadas llenar las brechas de habilidades;
- Complementariedad entre el aprendizaje permanente y la adaptabilidad a través de una gestión flexible del tiempo de trabajo y la rotación laboral.
Diversas políticas sobre seguridad y salud en el trabajo también buscan abordar los desafíos que plantea la cuestión de la precariedad laboral. Por ejemplo, la estrategia de SST de la UE para 2007-2012 incluía el compromiso de proporcionar una mejor protección a los grupos vulnerables, que a menudo están sobrerrepresentados en el empleo precario. También se han desarrollado e implementado una serie de políticas sobre aprendizaje permanente, promoción de la igualdad de oportunidades, equilibrio trabajo-vida, flexiguridad e inclusión social que buscan abordar el empleo precario.
La flexiguridad es una estrategia integrada para mejorar la flexibilidad y la seguridad, al mismo tiempo, en el mercado laboral. Las políticas integradas de flexiguridad buscan conciliar la necesidad de los empleadores de una fuerza laboral flexible con la necesidad de seguridad de los trabajadores. Dichas políticas tienen por objeto proporcionar a los empleadores flexibilidad en los acuerdos contractuales y, al mismo tiempo, brindar confianza a los trabajadores de que no enfrentarán largos períodos de desempleo, al mejorar su empleabilidad y la seguridad social.
Sin embargo, las políticas del mercado laboral basadas en el concepto de flexiguridad pueden llevar a más trabajadores en puestos temporales.
Por lo tanto, la CES insiste en que la reforma del mercado laboral debe centrarse en:
- Crear mejores empleos;
- Proteger a los trabajadores vulnerables y reducir el trabajo precario en Europa;
- Grandes inversiones en aprendizaje permanente;
- Igualdad de género y
- Diálogo social a todos los niveles.
Ejemplos de precariedad laboral
Las profesiones más afectadas por la precariedad laboral son:
- Repartidores, por el incremento de las plataformas digitales. Aunque tienen una relación de dependencia con su empleador y deberían tener un contrato laboral, son obligados a darse de alta como falsos autónomos.
- Vigilantes de seguridad, a los que se les obliga a estar siempre disponibles pero no se les remunera de forma proporcional por su trabajo.
- Camareras de piso, por la externalización de los servicios de limpieza en los hoteles.
- Teleoperadores.
- Trabajadores del hogar.
Estadísticas sobre precariedad laboral en España
La precariedad laboral en España es una de las más altas de la UE.
Alrededor de 4,35 millones de asalariados tenían un contrato temporal en España en el año 2018, lo que implica
una tasa de temporalidad (porcentaje de asalariados con contratos temporales sobre el total de trabajadores
asalariados) del 26,8%. España partía antes de la crisis de una tasa de temporalidad máxima del 34% en 2006, más del
doble que en la Unión Europea (UE) en ese mismo año (14,5%) y con una tasa de paro similar a la de la UE.
Sin embargo, durante la crisis se observa una clara caída de la tasa de temporalidad y un acusado repunte de la tasa de paro en España. Entre 2006 y 2013 la tasa de temporalidad cayó un 32%, mientras que la de paro se multiplicó por 3,1.
Posteriormente, la recuperación trajo consigo un incremento de la temporalidad y en la actualidad es el país de la UE con mayor tasa de empleados temporales, casi el doble que la media europea que se mantiene en el 14,2%.
Desde su nivel máximo en 2006 y hasta 2013, coincidiendo con la destrucción de empleo, la tasa de temporalidad descendió un 32% en España. Sin embargo, con la recuperación, la temporalidad ha vuelto a aumentar y en la actualidad la tasa se sitúa en el 26,8%, la más elevada de todos los países de la Unión Europea.
La temporalidad es muy similar por género, aunque algo mayor entre las mujeres. También es mayor entre los jóvenes y entre los asalariados con estudios básicos. Tanto para el total de asalariados como por grupos de edad, género y nivel educativo, existen importantes diferencias entre regiones. Andalucía y Extremadura son las comunidades autónomas con mayor porcentaje de personas ocupadas en empleos temporales, ambas superan el 35%, frente a Madrid que no llega al 20%.