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SanidadVideovigilancia

Grabar en hospitales ¿cuándo es legal?

En una sociedad donde la presencia de cámaras de vídeo es prácticamente omnipresente, grabar un vídeo es cuestión de sacar el móvil, abrir la app correspondiente y «apretar» el botón rojo, en cualquier momento y contexto. Pero, ¿podemos grabar en un hospital? ¿Pueden monitorizarse vía vídeo a los pacientes? ¿Qué pasa si grabo una consulta médica?

Videovigilancia en hospitales

Como en cualquier lugar en el que sea necesario velar por la seguridad de las personas, en los hospitales también se pueden instalar cámaras de videovigilancia, de manera que, por ejemplo, una empresa de seguridad contratada por el centro, no tiene prohibido grabar en hospitales. En ese sentido, los hospitales deben cumplir con la misma normativa de cámaras de vigilancia en empresas.

La colocación de cámaras de seguridad y sus grabaciones no necesitan del consentimiento previo ni de los pacientes o visitantes del hospital ni de los empleados, puesto que su uso se puede legitimar en la seguridad de ambos colectivos, así como en el interés legítimo del propio hospital para mantener dicha seguridad y, en el caso de los empleados, usarlas como medida para el control de la relación laboral.

Si bien el consentimiento no es necesario, sí lo será informar de la presencia de las cámaras y la finalidad del tratamiento de datos personales (la imagen de pacientes, visitantes y empleados) que tendrán (seguridad, control, etc.), para lo que deberá colocarse el correspondiente cártel de zona videovigilada, con la información básica pertinente al tratamiento de datos y una dirección o lugar al que dirigirse para acceder a la información completa.

Respecto a los empleados del hospital, las cámaras en el trabajo pueden llegar a colocarse incluso sin su conocimiento, es decir, se pueden instalar cámaras ocultas, cuando haya una sospecha suficientemente fundada sobre la comisión de una infracción o un delito (como avaló el Tribunal Supremo en su sentencia 569/2020, de 30 de octubre, en la que las imágenes recogidas por cámaras ocultas en el pasillo de en un hospital sirvieron para demostrar la culpabilidad de una auxiliar de enfermería del asesinato de una paciente).

Las cámaras de seguridad, en cualquier caso, no deberían colocarse en lugares privados, es decir, se admite su colocación en pasillos, accesos y zona de recepción, pero no en habitaciones, aseos, vestuarios, salas comunes, despachos o consultas, ya que no podemos olvidar que en los hospitales se tratan datos relativos a la salud, una categoría de datos especialmente protegida por el RGPD y la LOPDGDD.

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Cámaras para monitorear a los pacientes

Otro de los supuestos en los que se puede grabar en un hospital público o privado, es cuando se quieren emplear las cámaras para monitorear a los pacientes en UCI o unidades de similar tratamiento o vigilancia intensiva, para poder mantener una mejor supervisión sobre el estado del paciente o pacientes en esta área.

Además, también se puede grabar dentro de un hospital, en este caso en la consulta del propio médico, cuando se recurre a la telemedicina (una práctica que empieza a extenderse, especialmente en el ámbito de la medicina privada).

En ambos casos, la legitimación la encontramos en los artículos 9.2.c y 9.2.h del RGPD. El primer artículo hace referencia a la necesidad de proteger los intereses vitales del afectado, cuando este se encuentra incapacitado física o jurídicamente para dar su consentimiento. Mientras que el segundo artículo hace referencia a la necesidad del tratamiento para fines de medicina preventiva, diagnóstico médico, prestación de asistencia o tratamiento de tipo sanitario en virtud de un contrato con un profesional sanitario.

¿Hay cámaras en las habitaciones de los hospitales?

En línea con lo anterior, podemos afirmar que no hay cámaras en las habitaciones de los hospitales, ya sea con fines de seguridad o de observación de los pacientes por parte del personal sanitario (con la excepción que hemos señalado más arriba en las unidades de UCI o similares), puesto que su colación en estas zonas está prohibida por la normativa de protección de datos, al ser un sitio en el que se presume intimidad.

Por lo tanto, en el caso de que se detectara una cámara en una habitación de hospital, su presencia debería ser denunciada ante las autoridades.

Límites para las cámaras de videovigilancia en hospitales

Las cámaras solo podrán colocarse en lugares públicos, como pasillos o puntos de acceso.

Ya hemos adelantado algunos de los límites para las cámaras de videovigilancia en hospitales, como es no colocar las cámaras en lugares en los que se presuma intimidad o privacidad (habitaciones, consultas, despachos, aseos, vestuarios, salas comunes para empleados, etc.).

Tampoco se podrán poner cámaras en las habitaciones para que los familiares puedan comprobar en tiempo real el estado de un paciente (se entiende que es un uso desproporcionado). Diferente es, como vimos en la época del Covid-19, que el personal sanitario emplee una tablet o móvil para realizar videollamadas puntuales a los familiares, para que estos puedan ver y hablar con su familiar ingresado.

También es legal grabar en un hospital parte de las sesiones de rehabilitación física, para mostrar los progresos a los familiares, aunque en este caso sería necesario el consentimiento del paciente y, evidentemente, las imágenes deberán ser solo enviadas a los familiares a través de un medio seguro.

¿Pueden los médicos grabar una consulta?

Un médico podría grabar una consulta médica en el supuesto que ya hemos mencionado más arriba de la telemedicina, pero fuera de este, sería necesario que el motivo estuviera suficientemente justificado y legitimado, ya que, como dijimos, los datos relativos a la salud están especialmente protegidos.

Además, será necesario contar con el consentimiento del paciente.

Esas grabaciones deberán guardarse de manera adecuada y protegerse ante cualquier posible acceso no autorizado. Y el médico deberá cumplir con la normativa de protección de datos, puesto que el tratamiento de datos se produce en un ámbito profesional.

¿Qué pasa si grabo una consulta médica con mi móvil?

Y en el caso contrario, ¿se puede grabar a un médico en consulta?, es decir, ¿puede un paciente grabar a un médico durante una consulta?

En principio, sí, un paciente puede grabar una consulta médica, incluso puede grabar la consulta médica sin consentimiento del médico, al ser el paciente parte de la conversación. Ahora, lo ético y adecuado de llevar a cabo esta acción es tema para otro debate, en el que entran en juego el derecho del médico a su propia imagen y la relación de confianza necesaria que debe haber entre médico y paciente, para poder realizar un tratamiento adecuado.

Ahora bien, el vídeo grabado no podrá hacerse público, porque aunque grabar la consulta es posible, difundirla sin consentimiento del médico sería tanto una infracción en materia de protección de datos, como un delito de revelación de secretos.

¿Cuándo es delito grabar dentro de un hospital?

Es delito grabar dentro de un hospital cuando quien graba es una persona (visitante, paciente o ajeno totalmente al centro) y se captan imágenes de los profesionales sanitarios o los pacientes u otros visitantes sin el consentimiento de estos, ya que la Ley 1/1982 establece que para hacer fotos o vídeos de personas, es necesario su consentimiento. Especialmente, si esos vídeos después se hacen públicos a través de medios de comunicación o Internet.

No sería delito, si el vídeo fuera para acompañar un hecho noticioso, pero os habréis fijado que raramente aparecen los interiores de un hospital en piezas informativas (si lo hacen, suelen corresponder a pasillos y, salvo excepciones, nunca enfocando a las caras de pacientes), sino que se toman planos en el exterior. Esto se debe a que se mantiene el respeto a la intimidad de quienes están en el hospital.

Tampoco podría grabarse en el interior de una consulta médica, si quien graba no es el paciente y no toma parte en la conversación. Salvo que el médico diera su consentimiento para hacer la grabación, por ejemplo, para asegurarse que el paciente o su familiar puedan consultar nuevamente las instrucciones dadas para seguir un tratamiento.

En cualquier caso, debemos tener presente que un hospital es un espacio donde se maneja información sensible y confidencial, donde muchas personas no se encuentran en disposición de dar su consentimiento o protestar si aparece una cámara, donde los profesionales sanitarios están desempeñando sus funciones y donde el respeto a la intimidad y la imagen personal deben ser máximos.

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