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Privacidad personal ¿Qué es y cómo debo protegerla?

La evolución, desarrollo y expansión de internet y las tecnologías de la información y su, aparentemente, imparable avance han hecho que cada vez seamos más conscientes de la importancia de proteger nuestra privacidad personal, especialmente en los cada vez más habituales entornos digitales, como redes sociales, apps de mensajería o cualquier sistema en línea.

Si has llegado hasta este artículo preguntándose «¿cómo debo proteger o cuidar mi privacidad personal?», en los siguientes puntos veremos varias medidas que puedes poner en práctica para ello

¿Qué es la privacidad personal?

La privacidad personal es la capacidad que tenemos las personas para decidir quién tiene acceso a nuestra información personal y controlar su difusión. Es decir, es la capacidad que tenemos para decidir con quiénes compartimos nuestra información personal, entendiendo por información personal todos aquellos datos que permiten nuestra identificación, así como aquella información relativa a nuestra intimidad personal y familiar.

Además, en los países democráticos, la privacidad personal es un derecho, que debe ser protegido por la Administración y tutelado judicialmente, y así está reconocido en la mayoría de constituciones nacionales y declaraciones internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que en su artículo 12 establece:

Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación.

En España, el derecho a la privacidad está reconocido en el artículo 18 de la Constitución.

Por lo tanto, la privacidad personal es todo aquello relativo a nuestro ámbito privado, aquella información personal cuya difusión y conocimiento limitamos a otras personas de nuestra confianza, como amigos íntimos y familiares o que incluso no compartimos con nadie.

Es importante entender que la privacidad no se limita al mundo físico, sino que también trasciende al ámbito digital, especialmente teniendo en cuenta que el desarrollo experimentado por internet y las tecnologías de la información son los que han empezado a poner en un mayor riesgo nuestra privacidad, de ahí que hablemos en muchas ocasiones de la privacidad digital y de la importancia de protegerla.

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¿Cómo proteger mi privacidad personal?

Para proteger nuestra privacidad personal, lo que incluye, cómo hemos visto, la privacidad de los datos personales junto al resto de información relativa a nuestra vida privada, debemos poner en práctica diferentes medidas y consejos de seguridad que nos ayudarán a no solo a mantener privado aquello que no queremos que sea de dominio público, sino también a proteger la privacidad de aquellos cercanos a nosotros, porque muchas veces, cuando compartimos información personal, también compartimos la de terceros (por ejemplo, cuando publicamos una foto en redes sociales en la que aparecen nuestros amigos o familiares).

Así que, respondiendo a esa cuestión que planteamos en la introducción, ¿cómo debo proteger o cuidar mi privacidad?, os dejamos varias medidas y consejos que adoptar y poner en práctica en vuestro día a día:

– Infórmate sobre la política de protección de datos o política de privacidad:

Para poder proteger nuestra privacidad personal, primero debemos saber ante qué, por lo que es fundamental informarnos sobre la política de protección de datos o política de privacidad de las entidades a las que vamos a ceder nuestra información y datos personales. De esa forma sabremos qué se va a hacer con nuestros datos, para qué se van a usar, durante cuánto tiempo y ante quién debemos ejercer nuestros derechos o hacer nuestras reclamaciones.

Conocer esta información nos ayudará a decidir si la información personal que se nos está pidiendo para realizar un determinado trámite (que puede ser desde visitar una página web a suscribir un contrato), nos parece adecuada o, por el contrario, excesiva y decidir si seguir adelante o no.

Saber para qué se usa nuestra información personal también nos dará un mayor control sobre ella, puesto que, en determinadas instancias, podremos oponernos al tratamiento de nuestros datos.

Además, una entidad que carece de una política de protección de datos o política de privacidad, deberías tomarlo como una señal de que no es una entidad con a la que quieras ceder tu información personal.

– Limita la información personal que compartes:

Las redes sociales y parte del aislamiento social que cada vez experimentamos más, han hecho que compartamos mucha información personal en internet, especialmente a través de esas redes sociales y otras plataformas de contenido social.

Publicar lo que hacemos durante el día, con quién lo hacemos o dónde estamos, puede volvernos vulnerables tanto ante ataques de índole digital como en el mundo físico. Cuanta más información personal publicamos, más nos exponemos al ojo público. Y no podemos olvidar que todo lo que se publica en internet, en internet se queda.

Por ello, debes limitar la información personal que compartes tanto en redes sociales como en el resto de internet. Y ser consciente de que hay sitios y apps que te pedirán a veces más información personal de la necesaria para poder usarlas o disfrutar de su servicio, por lo que debes procurar limitarte a dar solo la información imprescindible para ello (normalmente, será un nombre de usuario y una dirección de email y, dependiendo de la naturaleza del sitio o la app, un método de pago y una dirección postal).

Los sitios que operan en Europa, además, deben informar sobre qué datos personales son necesarios para poder usar la app o servicio y cuáles son opcionales. Nuestro consejo aquí es que nunca des más datos de los necesarios y en el caso de las apps, controla los permisos que te solicitan y si tiene sentido que lo hagan (si esa app de linterna que has descargado te pide acceder a la cámara y direcciones de contacto, deberías eliminarla de tu teléfono, porque no son datos que necesite para cumplir con su función).

Sé consciente de qué información personal compartes y también cuándo lo haces; por ejemplo, no se trata de que no muestres a nadie las fotos de tu último viaje, sino de que las publiques a la vuelta del mismo, en vez de ir diciendo en tiempo real dónde estás o que no estás en casa.

Proteger la privacidad de la información personal pasa por volver a ser más privados, especialmente en el ámbito digital. Además, al compartir menos información personal, más control tendremos sobre la gestión de nuestra privacidad.

– Cuidado con lo que almacenas en la nube:

Google Drive, Dropbox, OneDrive, Google Fotos… Sin duda, las plataformas de almacenamiento en la nube han posibilitado que podamos disponer de una copia de seguridad de los archivos o recuerdos más importantes. Y sí, todas estas plataformas nos aseguran que se preocupan por nuestra privacidad y por la seguridad de nuestra información. Sin embargo, también son susceptibles de sufrir ataques y filtración de datos.

Por ello, no guardes en ellas aquella información personal que no quieras ver expuesta de ninguna manera (siempre será más seguro, en términos de privacidad, guardar esa copia de seguridad en un disco duro externo desconectado del ordenador, hasta que sea necesario usarlo).

Además, al sincronizar el guardado automático en plataformas como Google Drive o Fotos, te expones a que se guarden en ellas información que no quieres que esté en internet.

Como regla general, de cara a proteger tu privacidad personal, te recomendamos que no guardes información personal en nubes públicas.

– Siempre configura los ajustes de privacidad de dispositivos, sitios online, software y apps:

Vivimos prácticamente conectados 24/7 a la Red y, si no lo evitamos, compartimos gran parte de nuestra información personal cada vez que navegamos, jugamos en línea o usamos una app. Por ello y para reducir al máximo esa «invasión» de la privacidad, siempre debemos dedicar el tiempo necesario a configurar los ajustes de privacidad de dispositivos, software, apps, sitios y plataformas online, redes sociales, etc.

Los ajustes de privacidad nos permiten, en la gran mayoría de los casos, tener un mayor control sobre quién tiene acceso a nuestra información personal, quién puede ver nuestras publicaciones, nuestro perfil online, saber cuándo estamos conectados, usar nuestros datos para otros fines, etc.

Para proteger tu privacidad personal, siempre configura los ajustes de privacidad de la manera más restrictiva posible.

– Usa contraseñas seguras:

Este es un consejo y una medida de seguridad que nunca puede faltar en este tipo de artículos. Las contraseñas son en muchos casos la primera y última línea de defensa ante una vulneración de nuestra privacidad, por ello deben ser siempre seguras y únicas para cada una de nuestras cuentas.

Cómo ya os hemos dicho en otros artículos al respecto, una contraseña segura es aquella con 12 o más caracteres, que combina mayúsculas y minúsculas, números y símbolos.

Podemos reforzar la seguridad de nuestras contraseñas mediante la activación de la autenticación de dos factores.

– Evita navegar por sitios no seguros:

Navegar por sitios no seguros puede poner en riesgo nuestra privacidad personal, especialmente si en ellos debemos introducir algún dato o información personal (como nombre de usuario, número de tarjeta o contraseñas), incluso pueden usarse sitios maliciosos para descargar malware en nuestros dispositivos.

Por ello, cuando navegues, asegúrate de que los sitios que visitas siempre comienzan por HTTPS y que cuentan con el símbolo del candado. Es cierto que no es un método infalible, pero ayuda a ser más precavido en lugares no seguros. Y, ante la duda, prueba a introducir tú la dirección URL, en vez de seguir un enlace dado, de esa forma puede que evites acabar una página web fraudulenta.

– Protege tu WiFi:

Igual que cierras con llave tu casa, hazlo con tu red WiFi doméstica, protégela mediante contraseña segura; no solo evitarás que algún vecino se enganche a tu red, también que cualquier persona que se conecte a ella acabe teniendo acceso a otros dispositivos conectados a la misma.

– Evita conectarte a redes públicas:

¿A quién no le gusta el internet gratis? Conectarse a una red WiFi pública puede ser una forma de evitar el aburrimiento navegando un rato mientras esperas el tren o el autobús, pero también representa un grave riesgo para tu privacidad personal.

Cuando te conectas a una red pública, tu información viaja sin cifrar, lo que la deja expuesta a cualquier actor malicioso que pueda estar mirando. Por lo tanto, nunca accedas a cuentas personales cuando uses una WiFi pública.

– Usa herramientas para reforzar tu privacidad:

Si quieres reforzar aún más tu privacidad al navegar por internet, existen herramientas que te pueden ayudar, como las VPN, que ocultan nuestra dirección IP, navegadores alternativos que protegen mejor la privacidad (como Brave), bloqueadores de anuncios y rastreadores, que evitan nuestro rastreo y seguimiento y el estar expuestos a publicidad programática, así como soluciones de seguridad que incluyen herramientas para mejorar nuestra privacidad.

– Recuerda que cuando algo es gratis en internet, el producto eres tú:

Muchos servicios online y apps pueden usarse de manera gratuita, lo único que debemos dar a cambio son algunos datos personales, qué datos y para qué, eso debería estar recogido en la política de privacidad (volvemos al primero de nuestros consejos). Al final, «pagamos» estos servicios gratuitos suministrando datos e información personal al titular del sitio o la app y a sus socios.

Esto no quiere decir que por recurrir a un servicio de pago tus datos no vayan a usarse, pero la condición para acceder a servicios gratuitos muchas veces implica compartir sí o sí tu información personal.

Aquí nuestro consejo es que te informes, cómo decíamos más arriba, de qué datos personales estás cediendo y con qué fin, y valores si merece o no la pena renunciar a parte de tu privacidad personal para poder usar el servicio o app.

– Conoce y ejerce tus derechos:

El RGPD da a los ciudadanos de la UE una serie de derechos en protección de datos que debemos conocer, para poder ponerlos en práctica cuando nuestra privacidad personal haya sido vulnerada por un tercero.

Nos referimos a los derechos ARSULIPO: acceso, rectificación, supresión (olvido), limitación del tratamiento, portabilidad y oposición. Toda entidad que trate datos personales, está obligada a responder a las solicitudes de estos derechos en tiempo y forma, y para denegar su ejercicio, debe aportar motivos suficientemente justificados.

Si nuestro ejercicio de derechos no es atendido o la respuesta no es satisfactoria, podremos denunciar ante la AEPD (Agencia Española de Protección de Datos), que es la autoridad de control en España encargada de hacer cumplir el RGPD.

– Mantente informado sobre ciberamenazas:

Finalmente, conocer y estar informado sobre las amenazas que existen para nuestra privacidad personal es fundamental para saber cómo evitarlas o protegernos ante ella. Esto es especialmente importante en el ámbito digital, donde las ciberamenazas no solo proliferan, sino que los ataques son cada vez más sofisticados y difíciles de identificar.

Mantente informado y al día visitando sitios especializados en ciberseguridad y estando atento a los avisos de la policía y otros organismos de seguridad en las noticias, internet y redes sociales.

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¿Por qué es importante proteger la privacidad personal?

Proteger la privacidad personal es importante porque hacerlo es lo que nos protege frente a diferentes tipos de abusos y amenazas, vengan estas de las administraciones, de organizaciones privadas o de actores maliciosos. Como se suele decir, la información es poder, y la información personal confiere a quienes la poseen y manejan poder sobre nosotros, poder que puede ejercerse de forma más o menos sutil, pero que, en definitiva, puede condicionar nuestras vidas.

Si la privacidad personal no fuera importante, no se vería amenazada y, por tanto, no sería necesario protegerla. Sin embargo, vivimos en una sociedad donde los datos se han convertido en el llamado oro del siglo XXI y donde obtener determinada información personal se ha convertido en objetivo para todo tipo de actores.

Podemos pensar que publicar en nuestras redes sociales esa foto de la última reunión familiar, en la que además mencionamos o etiquetamos a las personas que aparecen en ella, no entraña ningún riesgo, pero en realidad estamos dando varios datos personales que pueden acabar usándose en nuestra contra, por ejemplo, en ataques de phishing, en intentos de robo de contraseñas (¿cuánta gente utiliza el nombre de un familiar, como su madre o sus hijos, como contraseña?) o suplantaciones de identidad.

Dar nuestra dirección de correo a cualquiera que nos la pida, nos expone a que nuestra bandeja de correo se llene de spam y a ser objetivos de phishing. Conectarnos a una WiFi pública deja todo lo que hacemos durante esa conexión al descubierto de miradas indiscretas.

Debemos entender que la importancia de la información personal y su protección está directamente relacionada con nuestra seguridad; privacidad y seguridad en internet van siempre de la mano.

Si cerramos con llave al salir de casa, si bajamos las persianas de nuestro hogar, si llevamos con nosotros y siempre a buen recaudo nuestros documentos identificativos, si no le daríamos el DNI o la tarjeta del banco a cualquiera que nos la pidiera por la calle, ¿por qué no aplicamos las mismas precauciones en el mundo digital?

Saber cómo proteger nuestra privacidad personal es esencial para evitar muchos de los problemas de seguridad que enfrentamos actualmente, a evitar el seguimiento de anunciantes y evitar manipulaciones de nuestros intereses y opiniones. Además, protegiendo nuestra privacidad personal también contribuimos a proteger la de nuestros allegados (si tu hermano no publica fotos de sus hijos en redes sociales, ¿por qué publicas tú una foto con tu sobrino en tu cuenta de Instagram? Debemos ser conscientes que al compartir información personal, también podemos vulnerar la privacidad de otras personas).

Ejemplos de privacidad personal

Para ilustrar lo visto a lo largo de este artículo, os dejamos algunos ejemplos de privacidad personal:

  • Nuestros datos personales, como el nombre y los apellidos, nuestra fecha de nacimiento, nuestro DNI, nuestro número de teléfono o nuestra dirección de correo electrónico.
  • Nuestro historial médico.
  • Nuestra vida familiar.
  • Nuestros intereses (cuando no los hemos hecho públicos).
  • Nuestra actividad en línea (páginas por las que navegamos, las búsquedas que hacemos o las compras online que realizamos).
  • Nuestra información laboral, como nuestro salario.
  • Nuestras comunicaciones, como los correos electrónicos, los mensajes de texto, los chats en línea o las llamadas telefónicas.
  • Nuestra geolocalización en cualquier momento.
  • Nuestra información financiera, como el número de nuestra tarjeta bancaria o los movimientos de nuestra cuenta corriente.
  • Cualquier cosa que hagamos en la intimidad de nuestra casa o cualquier otro espacio que se entienda privado (siempre que no sea una actividad criminal o delictiva).

En definitiva, si pones en práctica todas las medidas de seguridad y consejos que hemos visto en este artículo, podrás proteger mucho mejor tu privacidad personas, dentro y fuera de internet.