Para sobrevivir en el mundo globalizado actual, y más aún, poder ser competitivos en el mercado, las empresas han de adoptar modelos ya no solo adaptados al presente, sino viables de cara al futuro. En este sentido cobran especial importancia los llamados paradigmas organizacionales, como las estructuras básicas que rigen los comportamientos globales de una empresa. Pero, ¿en qué consisten exactamente? ¿Cuáles son los paradigmas empresariales que reinan en la actualidad?
En este artículo hablamos de:
¿Qué es el paradigma organizacional de una empresa?
Un paradigma se podría definir como un modelo, patrón o ejemplo de algo. Si lo aplicamos al ámbito de la empresa, el paradigma organizacional sería el conjunto de valores, creencias, misiones, estructuras o modelos que se han dio arraigando a lo largo del tiempo dentro de la cultura empresarial.
Hay que tener en cuenta que las organizaciones son sistemas abiertos que interactúan con su entorno y se empapan del medio que las rodea. Generalmente, los paradigmas lo son porque funcionan mejor en un entorno o momento determinado, o porque son capaces de ofrecer soluciones que los modelos anteriores no eran capaces de encontrar.
La relación entre los términos paradigma y organizacional se establece desde el punto en el que ambos conceptos se refieren a una forma de sistematización, a la creación de modelos o patrones que se construyen con el objetivo de adaptarse mejor a la realidad y ser más efectivos a la hora de alcanzar unos objetivos.
¿Cuál es el paradigma actual?
Existen diferentes tipos de paradigmas organizacionales. Es cierto que las empresas más poderosas establecen patrones o modelos que pueden tener una influencia global, pero en realidad se podría decir que cada empresa podría tener el suyo propio. En cualquier caso, veamos cuáles son algunos de los principales paradigmas organizacionales en la actualidad.
Globalización
Sin duda, la globalización debe nombrarse en primer lugar como uno de los grandes paradigmas de la gestión empresarial. La globalización y el sistema económico neoliberal, unido al desarrollo de las grandes tecnologías, han creado un escenario global en el que existe cada vez mayor relación entre unos territorios y otros. Las barreras geográficas se han difuminado hasta el punto de que se pueden establecer negocios con empresas de cualquier parte del mundo.
Importancia del compliance
Dentro del paradigma empresarial actual está cobrando cada vez más importancia el concepto de compliance, no solo en el sentido del cumplimiento normativo, sino también en el de crear una imagen de transparencia y confianza de cara a clientes, empleados, socios o inversores.
Para el desarrollo del compliance en empresas es básico contar con figuras capaces de alentar el cumplimiento normativo y establecer los medios y cauces adecuados para el desarrollo de una organización responsable. Te recomendamos leer nuestro artículo sobre el compliance officer para saber más.
Sistemas Interorganizacionales simples
La globalización a la que hemos hecho mención en el punto anterior también implica la necesidad de establecer sistemas interorganizacionales simples, esto es, que se puedan usar en diferentes organizaciones. Para ello, cobran especial importancia las herramientas, plataformas, aplicaciones o sistemas que faciliten el desarrollo de proyectos y negocios con otras empresas.
Mercados electrónicos
Otra consecuencia de la globalización, el desarrollo de internet y las nuevas tecnologías es el auge ya imparable de los mercados electrónicos. Este entorno abre un nuevo abanico de posibilidades en el que, aunque no de forma estrictamente literal, todos tienen los mismos derechos y posibilidades.
Cooperación estratégica
Los paradigmas organizacionales en la actualidad también están marcados por la necesidad de la cooperación estratégica. La creación de alianzas es fundamental para llegar a nuevos mercados y ser más competitivos. Ya no se trata solo de cooperar en la comercialización de un producto o servicio, sino que crear estrategias de acción comunes capaces de impulsar los negocios de diferentes entidades.
Apuesta por la calidad
La enorme cantidad de productos y servicios existentes en el mercado también han provocado una apuesta por la calidad. Mejor dicho, por la calidad total, referida no solo a los productos o servicios, sino a todos los aspectos de gestión, organización o gerencia de la empresa. Este modelo no se puede entender sin considerar a la empresa como un todo en el que cada miembro, desde los altos directivos hasta el último trabajador, está comprometido y alineado con los objetivos de la organización.
Núcleos del Desarrollo Endógeno
Paradójicamente, en el actual mundo globalizado también han surgido paradigmas organizacionales que se basan en estructuras productivas o comerciales más cerradas, sobre todo en aquellos entornos donde no es posible hacer frente a competidores más poderosos con sus mismas armas. Así, surgen organizaciones que desarrollan sus actividades en un entorno geográfico concreto, y formadas por personas que comparten entre sí no solo una actividad económica, sino también cultura, historia o tradición.
Otros
Existen muchos otros conceptos que forman parte de los paradigmas empresariales o la cultura organizacional de las empresas actuales. Entre los más importantes está la apuesta decidida por modelos productivos y comerciales basados en el desarrollo sostenible, el cuidado del medio ambiente o la puesta en marcha de prácticas relacionadas con la responsabilidad social corporativa.
¿Cómo cambiar los paradigmas de una organización?
En primer lugar cabria preguntarse lo siguiente: ¿qué es un cambio de paradigma en una empresa?
Se podría decir que este cambio supone un nuevo comienzo, establece modelos que abren nuevos caminos inexplorados o que no eran posibles con los modelos anteriores.
La evolución de los paradigmas organizacionales se basa en el reconocimiento de las limitaciones de los modelos anteriores y el descubrimiento de estructuras más efectivas para la solución de problemas.
Cambiar los paradigmas de una organización no es sencillo ya que obliga a crear una nueva cultura organizacional. La principal dificultad es que para cambiar un paradigma se necesitan dejar atrás valores, creencias o estructuras mentales que ya están muy arraigados.
Asimismo, los paradigmas organizacionales también pueden ser complejos de cambiar ya que están basados en modelos que fueron exitosos en el pasado, que llevan a descartar todo aquello que se encuentra fuera de ese modelo. A esto se le denomina “parálisis paradigmática“.
Por tanto, cambiar los paradigmas de una organización requiere un profundo estudio de la situación actual de la empresa y del entorno, además de tener claro el lugar que se desea ocupar en un futuro. Para ello, es imprescindible tener esa chispa experimental y un punto innovador y reformador. Además, para cambios tan profundos es necesaria la formación e implicación de todos los miembros de la organización.
Ejemplos de paradigmas organizacionales
A continuación vemos algunos ejemplos de paradigmas empresariales, cuya principal característica es que en su momento fueron exitosos, pero con el paso del tiempo se han ido volviendo obsoletos.
Uno de estos paradigmas empresariales que se están quedando obsoletos es la clásica concepción de la empresa como una estructura intocable. Se consideraba que la estrategia debía de adaptarse a la estructura de la organización, cuando en la actualidad cada vez más empresas son conscientes de que es la estructura la que debe adaptarse a la estrategia.
Otro de los paradigmas organizacionales que se están dejando atrás es la estructura jerárquica tradicional. Por ejemplo, esa que clasifica por series o rangos a los puestos de trabajo (Operario 1, Operario 2, Operario3). Este tipo de estructura establece un sistema interno de clases que fomenta el egoísmo, el trabajo en equipo y entorpece el esfuerzo cooperativo. Esto no significa que no deban existir jerarquías, pero en la actualidad se están empezando a enfocar desde un punto de vista más flexible.
Por último, los modelos empresariales alemanes o japoneses están empezando a apostar por períodos rotativos de cinco años para los puestos directivos. Esto rompe con el paradigma del jefe clavado a su puesto de forma casi eterna, que no evoluciona con el paso del tiempo y que es incapaz de ver nada más allá de lo que la costumbre le dicta.
En definitiva, se podría afirmar que los paradigmas organizacionales no son buenos o malos en sí mismos, sino que lo que determina su validez es la capacidad para entender el entorno y adaptarse a las circunstancias que rodean a la organización y a la sociedad en general.