En este artículo vamos a abordar los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres (WEPs) y la relación que tienen con la consecución de la igualdad de género en las empresas, ¿por qué estas deberían apostar por la incorporación y aplicación de estos principios?
En este artículo hablamos de:
- ¿Qué son los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres (WEPs)?
- ¿Cuáles son los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres?
- 1. Promover la igualdad de género desde la alta dirección
- 2. Tratar a hombres y mujeres de forma equitativa en el trabajo y eliminar todo tipo de discriminación
- 3. Velar por la salud, la seguridad y el bienestar de todas las personas trabajadoras
- 4. Promover la educación, la capacitación y el desarrollo profesional de las mujeres
- 5. Implementar prácticas de desarrollo empresarial, cadena de suministro y mercadotecnia a favor del empoderamiento de las mujeres
- 6. Promover la igualdad mediante iniciativas comunitarias y liderando con el ejemplo
- 7. Evaluar y difundir los avances realizados a favor de la igualdad de género
- ¿Por qué las empresas deben apostar por el empoderamiento de las mujeres?
- ¿Cómo pueden promover las empresas el empoderamiento de las mujeres?
¿Qué son los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres (WEPs)?
Los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres, o WEPs por sus siglas en inglés, son siete principios acordados en 2010 por el Pacto Mundial de Naciones Unidas en alianza con ONU Mujeres, cuyo objetivo era y sigue siendo promover la igualdad de género en el ámbito laboral, el mercado y la comunidad.
Los WEPs funcionan como una guía para el fomento de prácticas comerciales que empoderen a las mujeres; a través de ellos se busca acabar con distintos tipos de brecha de género, desde la brecha salarial hasta el techo de cristal, promoviendo la igualdad salarial, la igualdad de trato y oportunidades en el avance profesional, la baja parental remunerada y la erradicación del acoso sexual en el trabajo.
Se trata, por tanto, de principios cuyo objetivo final es acabar con la desigualdad que cada año se mide y recoge en el índice de desigualdad de género.
El origen del concepto de empoderamiento femenino en el ámbito de la ONU
El origen del concepto de empoderamiento de la mujer relacionado con la consecución de la igualdad de género en el que se basan los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres, tiene su origen en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing de 1995.
Este concepto hace referencia a la necesidad de aumentar la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder como medio para alcanzar la igualdad de género.
Relacionado con los ejes de derechos humanos, salud sexual y reproductiva y educación del Pacto Mundial de Naciones Unidas, el empoderamiento femenino se considera clave también para el avance y aumento de la participación de las mujeres en todos los niveles de la sociedad, incluidos los planos económico y político.
De acuerdo al Pacto Mundial de Naciones Unidas, es importante el empoderamiento de la mujer porque a través de ello se conseguirá:
- «Construir economías más fuertes
- Establecer sociedades más justas y estables
- Alcanzar objetivos acordados internacionalmente sobre desarrollo, sostenibilidad y derechos humanos
- Mejorar la calidad de vida de las mujeres, hombres, familias y comunidades
- Impulsar las operaciones y metas empresariales»
¿Cuáles son los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres?
Como decíamos, son siete los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres, destinados a las empresas (dado que el Pacto Mundial de Naciones Unidas es una iniciativa de responsabilidad social empresarial a la que las entidades pueden adherirse de forma voluntaria), para la promoción y consecución de la igualdad de género en el ámbito laboral y más allá de este, ya que estos principios entroncan directamente con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 de la Agenda 2030: «Igualdad de género. Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas».
1. Promover la igualdad de género desde la alta dirección
El compromiso con la igualdad de género comienza en la alta dirección de la empresa, fomentándose desde esta hacia el resto de la organización. Así, este primer principio conlleva el establecimiento de metas y objetivos para toda la empresa en materia de igualdad de trato y oportunidades. Así mismo, también implica medir el impacto de las medidas tomadas y el alcance de los objetivos.
2. Tratar a hombres y mujeres de forma equitativa en el trabajo y eliminar todo tipo de discriminación
Este principio defiende la no discriminación por ningún tipo de razón en el trabajo, un principio reconocido en la constitución de cualquier estado de derecho, pero no por ello completamente respetado, puesto que la discriminación, sea esta por razón de sexo, etnia, raza o cualquier otra razón, todavía se sigue produciendo debido a estereotipos y sesgos muy arraigados en la sociedad, que tienen consecuencias discriminatorias en el ámbito laboral.
Para aplicar y promover este principio es necesario que las organizaciones se comprometan con la igualdad de trato y oportunidades y con crear un entorno y cultura laboral inclusiva y diversa, en la que se implementen medidas de trabajo flexibles, se garantice la igualdad de oportunidades, la igualdad salarial, etc.
3. Velar por la salud, la seguridad y el bienestar de todas las personas trabajadoras
A través de este principio se quiere integrar la perspectiva de género al Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 sobre salud y bienestar, de manera que dentro de las tareas de prevención de la organización también deben figurar la prevención de todas las formas de violencia y acoso sexual en el trabajo, garantizar el acceso equitativo a la sanidad de todas las personas trabajadoras, así como la formación y sensibilización del personal para reconocer signos de violencia contra las mujeres, entre otras medidas relacionadas.
4. Promover la educación, la capacitación y el desarrollo profesional de las mujeres
Este principio se centra, por un lado, en promover la formación de las mujeres, fomentando el acceso igualitario a los cursos de formación que se impartan en las organizaciones, así como el acceso a programas formales e informarles de creación de redes y mentores o la inversión en políticas y programas dentro de la organización para fomentar la promoción profesional de las mujeres que trabajan en ella.
Y, por otro lado, también hace referencia a la formación y sensibilización de todos los miembros de la organización en materia de igualdad de género.
5. Implementar prácticas de desarrollo empresarial, cadena de suministro y mercadotecnia a favor del empoderamiento de las mujeres
Como decíamos, la promoción de la igualdad de género en el trabajo también debe ir más allá de la propia organización e implicar tanto a proveedores como a socios y clientes. Desde la elección de proveedores y socios comerciales comprometidos a su vez con la igualdad de género, hasta la eliminación de estereotipos de género de los medios de comunicación de la empresa.
6. Promover la igualdad mediante iniciativas comunitarias y liderando con el ejemplo
No se puede dudar del impacto que las empresas, especialmente aquellas más grandes, tienen sobre las comunidades en las que desarrollan su actividad industrial y comercial. Por ello pueden convertirse en agentes claves del cambio hacia una sociedad más equitativa.
Las organizaciones, a través de sus políticas y programas de igualdad pueden influir en las comunidades, implicándolas en la promoción y fomento de la igualdad de género.
7. Evaluar y difundir los avances realizados a favor de la igualdad de género
Finalmente, el séptimo principio implica llevar un seguimiento de los resultados obtenidos en materia de igualdad, es decir, evaluar si se han alcanzado las metas y objetivos propuestos y qué medidas es posible tomar para poder seguir avanzando y mejorando.
¿Por qué las empresas deben apostar por el empoderamiento de las mujeres?
Diferentes estudios e informes han puesto ya sobre la mesa la importancia que el empoderamiento de las mujeres tiene para el desarrollo económico de las naciones; se estima que si todas las mujeres se incorporasen el mercado laboral, el PIB global podría aumentar más de 12 billones de dólares, aparte de otros efectos positivos en la sociedad y especialmente en la vida de las mujeres.
Por lo tanto, la apuesta de las empresas por este plan de empoderamiento de la mujer es una apuesta por una mejora en su productividad y en sus beneficios. La igualdad de género es positiva para las empresas, porque genera un mejor clima laboral, permite retener el talento, consigue una plantilla más involucrada e identificada con los objetivos empresariales y, por tanto, un mejor rendimiento.
¿Cómo pueden promover las empresas el empoderamiento de las mujeres?
Promover el empoderamiento de las mujeres en las empresas pasa por tomar e implantar medidas que ayuden a conseguir la igualdad de género en la empresa, es decir, se trata de, por un lado, estudiar la situación de la que parte la empresa en materia de igualdad, y, por otro lado, definir una serie de objetivos en igualdad a alcanzar a través de la implantación de medidas específicas para ello.
En esencia, estamos hablando del plan de igualdad, que abarca completamente los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres en su totalidad, así como la aplicación de la perspectiva de género en proyectos o políticas tanto de iniciativa pública como privada.
Además, dejando a un lado el plan de igualdad o como paso previo a este, el Pacto de Naciones Unidas pone a disposición de las empresas la Herramienta Empresarial de Género WEP, con la que las organizaciones pueden medir y analizar sus brechas de género y ayudarlas a identificar en qué áreas pueden mejorar su desempeño en igualdad de género.
Se trata de una herramienta gratuita y confidencial, con la que las organizaciones podrán evaluar sus políticas y programas y fijar metas y objetivos en materia de igualdad, en base a esos siete Principios para el Empoderamiento de las Mujeres. No es una certificación, por lo que aunque puede servir para el diagnóstico de la organización en materia de igualdad, no sustituirá a certificaciones oficiales o al plan de igualdad.