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Igualdad

La brecha digital de género

Cuando hablamos de brecha de género, no nos referimos a una única brecha, sino que podemos encontrar brechas de género en diferentes ámbitos, como la brecha salarial o la brecha que nos ocupa en este artículo: la brecha digital de género.

En las siguientes líneas explicaremos qué es la brecha digital de género, cuáles son sus consecuencias para la sociedad y cómo se puede reducir.

¿Qué es la brecha digital de género?

En este blog ya os hemos hablado sobre la brecha digital, definida como la desigualdad existente entre las personas o entre regiones geográficas a la hora de acceder a las TIC (tecnologías de la información y la comunicación). Sin embargo, como ocurre en otros ámbitos de la sociedad, cuando a esta brecha le aplicamos la variante del género, vemos que existe también una brecha de género digital que se extiende por todo el mundo en distintos grados, pese a que las TIC e Internet llevan varios años de existencia.

De acuerdo a la definición de brecha digital de género del INE, esta es la «diferencia del porcentaje de hombres y el porcentaje de mujeres en el uso de indicadores TIC (uso de Internet en los últimos tres meses, uso frecuente de Internet y compras por Internet)».

Pero esta definición se circunscribe al ámbito de la estadística. Saliendo de este, la brecha de género digital se puede definir como la desigualdad que existe entre mujeres y hombres en el acceso, uso y tipo de uso de las TIC. Una desigualdad, como decíamos, que varía de una región a otra, en función del desarrollo económico, y también sociocultural, de las mismas. Podemos decir que la brecha digital de género es una de las consecuencias de la desigualdad de género en el mundo.

De acuerdo con diferentes estudios, si bien, la brecha digital por género hay ido reduciéndose en los países desarrollados, donde el acceso y el uso a las TIC ya no suponen un problema para la mayoría de la población y las nuevas generaciones acceden de la misma forma a ellas, sin importar el género, lo cierto es que todavía hay desigualdades entre hombres y mujeres dentro de este ámbito, especialmente cuando nos referimos al tipo y calidad de uso.

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Los tipos de brecha digital de género

Ya lo hemos adelantado; en realidad no hablamos de una única brecha digital de género, sino de diferentes tipos de brechas digitales de género, que podemos dividir en tres, las ya mencionadas brechas de acceso, uso y calidad de uso.

Como ocurre con otras brechas de género, como la brecha de género en las pensiones, las causas de la desigualdad de género en el ámbito digital y en cada uno de los tipos difieren, en especial, porque tienen que ver con diferentes momentos y desarrollos de la sociedad en la que se producen y el papel y posición de la mujer en ellas

Primera brecha digital de género: Acceso

Si bien, la brecha de género digital en el acceso a las TIC es casi inexistente en los países más desarrollados, todavía está muy presente en otras regiones del mundo donde el acceso a Internet y las nuevas tecnologías resulta más complejo por la falta de medios económicos y de conocimientos, algo que incide mucho más en las mujeres.

Segunda brecha digital de género: Uso

La segunda brecha digital de género es el uso que se hace de la tecnología, es decir, la capacidad y habilidades que se tiene para usarla en el día a día. Como en el tipo anterior, en los países más desarrollados, la brecha digital entre mujeres y hombres es menor que en zonas menos desarrolladas, además de reducirse en generaciones más jóvenes.

En general, las nuevas tecnologías forman ya parte de nuestro día a día y resultan necesarias no solo para desempeñar ciertas tareas, sino también para no quedar excluido en diferentes ámbitos, por lo que contar con las habilidades y capacitación para usar las TIC es fundamental para evitar «quedarse atrás» y experimentar otras desigualdades, especialmente en el ámbito laboral, pero no solo en este.

Tercera brecha digital de género: Calidad de uso

La tercera brecha digital de género es aquella que está relacionada con la calidad del uso de las TIC; se puede tener acceso y las habilidades para el uso cotidiano de las nuevas tecnologías, pero no tener la capacitación para sacarles todo el provecho o conseguir desarrollar una carrera profesional en ellas. Es este último aspecto en el que más evidente se hace la brecha digital de género.

De acuerdo a diferentes estudios, la tercera brecha digital de género estaría relacionada con los roles de género y los estereotipos que la sociedad tiene en torno a hombres y mujeres y qué profesiones deben desarrollar cada uno supuestamente y que alejan, desde que son pequeñas, a las mujeres de perseguir carreras tecnológicas, en gran parte, por la falta de referentes femeninos en estas profesiones o la invisibilización que han sufrido aquellas mujeres que se dedican a ellos durante años (algo que se ha empezado a corregir en los últimos años, con diferentes iniciativas).

Tampoco ayudan las noticias o las experiencias contadas por mujeres del sector que cada poco tiempo aparecen sobre compañías TIC donde el ambiente laboral es discriminatorio y sexista.

Esto ha llevado a que la presencia de mujeres en las profesiones relacionadas con las TIC sea mucho menor que la de los hombres (las mujeres solo representan en torno a un 13% del personal en las TIC en todo el mundo).

brecha digital de género

Consecuencias de la brecha digital de género

Una de las principales consecuencias de la brecha de género digital sobre las mujeres es el acceso al empleo. Con puestos de trabajo cada vez más especializados, especialmente en el campo de las TIC, y con la automatización de empleos en un horizonte no muy lejano (el 58% de los empleos que pueden ser automatizados en el futuro son de mujeres), carecer de competencias o conocimientos digitales suficientes supondrá un problema para que las mujeres encuentren trabajo o, para aquellas que lo encuentren, se encontrarán con nuevas brechas laborales y techos de cristal.

Otra consecuencia en la falta de referentes femeninos en estas profesiones, es que hace complicado que las niñas y adolescentes se interesen por este campo en concreto. Como ya hemos visto, no se trata de un problema de acceso, sino de representación y de estereotipos.

La falta de mujeres en profesiones relacionadas con la informática, como la programación, el desarrollo de la IA y el machine learning, tendrán (ya tienen de hecho) como consecuencia que estos sistemas desarrollen sesgos de género, lo que acaba perpetuando estereotipos y roles de género.

La brecha digital de género en España

La brecha digital de género en España se ha ido reduciendo paulatinamente, así lo atestiguan diferentes estudios, como los llevados a cabo por el Instituto de las Mujeres en colaboración con el ONTSI (Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad), Mujeres y digitalización: de las brechas digitales a los algoritmos y Las mujeres en la economía digital española: Trayectorias inspiradoras. En los últimos años, esta brecha de género se habría reducido de 8,1 puntos a 1.

Si nos fijamos en el empleo, solo un 2% de mujeres ocupan puestos en el sector TIC, frente al 5,7% de los hombres. Además, en este sector la brecha salarial alcanza un 8,9% y el techo de cristal es una realidad que frena el desarrollo y promoción de las mujeres en esta área, con un porcentaje de investigadores del 23,4%.

Los factores responsables de que siga existiendo esta brecha de género digital en España son varios, desde esa falta de referentes a otros relacionados con la edad, el nivel de estudios o los recursos económicos de los que se disponga, tal y como recoge el estudio de la Universidad Complutense de Madrid, La brecha digital de género: amantes y distantes. Por lo tanto, es una combinación de los tres tipos de brechas de género existentes, aunque unas son más acusadas en función del estrato social y económico, así como geográfico (el empleo de las TIC en el ámbito rural todavía tiene mucho camino por delante).

La importancia de superar la brecha digital de género

Superar la brecha digital de género es imprescindible por lo que supondría para las oportunidades laborales y sociales de las mujeres. De hecho, es una de las metas del quinto objetivo de la Agenda 2030, «Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas», para lo que es necesario «Mejorar el uso de la tecnología instrumental, en particular la tecnología de la información las comunicaciones, para promover el empoderamiento de la mujer».

Con un mercado laboral donde las habilidades y capacidades tecnológicas y digitales son cada vez más demandadas, es primordial que las mujeres se formen también en esta área, tanto nivel personal como profesional, porque de otra forma se irán quedando fuera de este.

Además, ya hemos señalado que la menor representación de mujeres en el ámbito de las TIC conduce a la perpetuación de sesgos y estereotipos de género en campos como el de la IA y el machine learning.

Propuestas para reducirla

Reducir y acabar con la brecha de género digital es posible, como lo es acabar con la brecha digital en general. Las nuevas generaciones ya han comenzado ese camino, gracias al acceso y el uso que hacen de las TIC desde muy pequeños (hablamos en este caso de países desarrollados), esto hace que niños y niñas y adolescentes de ambos sexos accedan de forma similar a estas tecnologías.

Sin embargo, a la vista de las estadísticas, el acceso y uso no es suficiente para acabar por completo con la brecha de género digital y por ello es necesario promover otras medidas.

Aquí dejamos varias propuestas que pueden ayudar a reducir esta brecha:

  • Acabar con los estereotipos y los roles de género desde el ámbito de la educación, para que las niñas no pierdan el interés en las profesiones tecnológicas con el tiempo, por ser consideradas masculinas.
  • Visibilizar el papel de las mujeres en las TIC, tanto actuales, en puestos directivos y en cargos públicos, como las del pasado (hay una gran parte de la informática actual que tiene sus inicios y raíces en el trabajo y la investigación de mujeres).
  • Promover y poner en marcha acciones e iniciativas concretas por parte de las administraciones para que las TIC y nuevas tecnologías, junto a Internet, lleguen a todas partes y fomentar su uso.
  • Para reducir la brecha digital de género en países menos favorecidos, promover la donación de equipos a estos países desde países desarrollados, de manera que sea más factible conseguir el acceso a las TIC.
  • En línea con la propuesta anterior, fomentar la alfabetización digital en los lugares donde las mujeres están más alejadas de las TIC. En países desarrollados, promover programas de formación en TIC y nuevas tecnologías para aquellas mujeres que carezcan de competencias en ellas.
  • La implantación del plan de igualdad para empresas en aquellas compañías tecnológicas en las que las mujeres están infrarrepresentadas, tanto para determinar las causas de dicha infrarrepresentación como para corregirlas y lograr un entorno de trabajo más igualitario.

En definitiva, la brecha digital de género es un problema presente en todas las sociedades y en todos los países, que se agrava en aquellos en los que se dan cita la brecha digital de acceso y de uso, junto a sociedades, culturas y tradiciones donde el machismo está muy presente. Sin embargo, es posible superarla y en algunos países ha ido reduciéndose, aunque en lo que respecta a la tercera brecha digital de género, todavía queda un largo camino por andar, empezando por conseguir que más mujeres jóvenes accedan a carreras y profesiones del sector de las TIC.

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